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Migrantes Acaparan Servicios de Salud, Bienestar y Registro Civil

Los miles de migrantes que se encuentran varados en la ciudad y que ya se han quedado a vivir de manera permanente, también ya han acaparado los servicios de salud y de otras dependencias, desplazando a los que pagan todo eso de sus bolsillos: los mexicanos.


Nuestra América Latina, en palabras de Carissa Etiénne, directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), «superó a Europa y a Estados Unidos en el número diario declarado de infecciones por coronavirus, y sospechamos que las cifras son incluso más altas. No hay duda: nuestra región se ha convertido en el epicentro de la pandemia». A la devastación sanitaria habrá que sumarle el deterioro económico que se avecina.


De acuerdo con el BID, Latinoamérica perderá los avances logrados en los últimos 20 años, con una contracción económica de 8% en promedio para la región. Con esta pérdida de empleos, inversiones y ahorros, el escenario que anticipa el BID es de mayor desigualdad, caída de la producción, protestas, inestabilidad política y mayor criminalidad. Los líderes de la región deberían ser los primeros preocupados en aplicar estrategias que atemperen estos graves efectos. A pesar de ello, los gobiernos destacan por carecer de planes nacionales para enfrentar la crisis actual y la que se avecina.


Jesús Villagrán Matías, exregidor local, informó que los extranjeros han desplazado a la población de Tapachula y de los municipios aledaños, porque el Gobierno le está dando prioridad de atención a los indocumentados, sobre todo en temas de salud, bienestar y registro civil. El virus puso al desnudo el tipo de sociedades y organizaciones que hemos construido.




“Se está privilegiando la atención a los migrantes que vienen a causar malestar e inseguridad”, dijo Villagrán.


En entrevista para EL ORBE, aseguró que, en la tramitación de actas de nacimiento en las oficinas del Registro Civil, hay un alto porcentaje de infantes de padres extranjeros que ingresan a territorio mexicano de manera irregular.


“Hemos visto que se le da más prioridad a los extranjeros por el vínculo que hay con los consulados y otras autoridades, y eso también es un desplazamiento al ciudadano de México”, apuntó.




Otro caso, según su opinión, es ante el Ministerio Público, donde asegura, atienden con mayor énfasis y prontitud a los extranjeros y no así a los connacionales, “ya que en varias dependencias que son puntos álgidos y donde la atención debería estar para los mexicanos, lo único que vemos es un compromiso emanado hacia los migrantes”, insistió.


En ese sentido, dejó en claro que no se trata de xenofobia ni racismo, “sino exigir los derechos por los que pagan los nacidos en México todos los días a través de sus impuestos”

Estableció que la política migratoria del Gobierno Federal ha fracasado, debido a que pareciera que se mantiene la misma continuidad de los anteriores, pero ahora más desordenado al grado de dejar a un lado a los nacionales.




Destacó también que a los migrantes que vienen de manera ilegal de diversos países, se les privilegia con actividades labores, cuando en México y, sobre todo en Chiapas, la tasa de desempleo es preocupante.


La pandemia debería ser un llamado urgente para que la comunidad internacional revise las estructuras que posee para hacer frente a ese tipo de fenómenos que no reconoce fronteras, pero afectan a todo el mundo. La cojera de la OMS y la ausencia de facultades para la aplicación de medidas de carácter obligatorio son evidentes en los organismos multilaterales encargados del medio ambiente, de los derechos humanos, de equidad de género, explotación de los mares o de combate al crimen organizado transnacional. En estos asuntos, que por su naturaleza ningún Estado puede resolver de manera unilateral, se requiere cada día más de la convergencia de propósitos, la aportación de recursos y de voluntad política para pasar de los consejos a las decisiones.


Dentro de este oscuro panorama habría ciertas razones para el optimismo. El Renacimiento no podría explicarse sin la devastación que generó la peste negra. La revolución cultural de los años 20 del siglo pasado sería imposible de comprender sin el fin de la Primera Guerra Mundial y las muertes provocadas por la gripe española. El nacimiento de la ONU surgió de las cenizas de la Segunda Guerra Mundial y, a pesar de sus limitaciones y deficiencias, ha sido un factor clave para evitar una nueva conflagración de alcance global.

Bajo esta lógica, debemos prepararnos para enfrentar una de las décadas más difíciles para el mundo, pero debemos estar atentos a una nueva etapa de evolución de la humanidad, de sus sistemas políticos, de nuestra forma de vida y de organismos internacionales capaces de ordenar esfuerzos colectivos. Sólo entonces sabremos a ciencia cierta si el fantasma del Covid fue el detonador de una nueva era.


Artículo tomado de El Orbe

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