Los migrantes y refugiados dignifican la fe del Templo Sagrado de la fraternidad universal, Mesa del Pan Eucarístico de la Casa del Migrante, en donde se comparte y reparte el pan diariamente con amor gratuito. La crisis que emerge a partir de la pandemia COVID-19 es importante evidenciar, que la función primordial de las políticas migratorias es promover el bien común, rompiendo con paradigmas obsoletos implementados desde la militar-frontera-muro de la indiferencia, odio, rechazo y discriminación.
Evidenciamos en la acción espiritual humanitaria que en cada migrante y refugiado está la presencia del Verbo, Templo Eucaristía vivo encarnado en el verdadero rostro del Dios ultrajado, golpeado y desfigurado, que paso a paso estampa huellas que marcan la historia del nuevo horizonte histórico. El Dios de la tienda poco a poco construye nuevas Mesas Eucarísticas alternativas, animando y dando esperanza a los flujos migratorios en caravana que a lo largo de la ruta migratoria, siguen forjando la profecía del Nuevo Reino que emerge desde la mirada sencilla, humilde y llena de compasión de quienes son forzados a migrar por un pedazo de pan.
La historia de vida de los migrantes y refugiados recuerdan el duro caminar del pueblo de Dios en los tiempos de esclavitud: el verdadero Dios de los excluidos y olvidados es tierno, no tiene ejércitos, no pone militares en las fronteras para reprimir y oprimir; es un Dios compasivo que ve el drama y sufrimiento humano, porque siente pavor de las injusticias cometidas en contra de los migrantes, desplazados y refugiados en tiempos de pandemia; además, escucha el clamor de los niños, niñas, adolescentes, jóvenes, madres y padres, porque son injustamente encarcelados y forzados a vivir hacinados en las fronteras, donde sus vidas corre el peligro de ser infectadas por pandemia COVID-19.
Ante tanto dolor humano pregunto: ¿Cuántos tomadores de decisiones en el mundo profesan algún tipo de credo religioso y luego promueven leyes injustas racistas y xenofóbicas? Quizás, la gran mayoría de los que están en el poder de las naciones creen en el creador y dador de vida, en el amor infinito de Dios Padre; entonces, ¿por qué tratan a los migrantes y refugiados como terroristas, delincuentes o criminales? ¿Cómo puede existir una doble ética social cuando hay que proteger los derechos humanos de los más débiles?
La ternura de Dios se manifiesta en la Casa del Migrante como una custodia Eucarística, lugar donde habita el corazón del Espíritu de Verdad y Templo vivo del amor; que no acusa o maltrata a nadie y tampoco promueve rencor hacia el distinto. La misericordia es como un padre y una madre que cuida de sus hijos e hijas, espiritualidad cósmica encarnada y celebrada en cada plato caliente servido gratuitamente en la Mesa de la Cena Pascual. ¿Habrá Eucaristía más consoladora en estos tiempos malos de pandemia para los migrantes y refugiados? Los seres humanos tenemos que comprender de una vez por toda, que hoy día, las migraciones son el resultado de las políticas neoliberales de mercado antisociales.
Los Misioneros Scalabrinianos en la Casa del Migrante celebran la nueva diaconía Eucarística, porque marca el camino de esperanza para la historia de la humanidad del Siglo XXI. El Papa Francisco hace hincapié en que “hay que centrarse en la protección, la integración y en la búsqueda de soluciones estables y duraderas a los migrantes”. La espiritualidad liberadora sensibiliza y quita las piedras de los corazones, para celebrar el festín del Reino de Dios en la Casa del Migrante. Esta es la Pascua memorial de liberación que rompe con los paradigmas de las fronteras, muros y ejércitos en tiempos de crisis humanitaria causada por la pandemia COVID-19.
Pbro. Mauro Verzeletti, cs
Director de la Casa del Migrante Guatemala y El Salvador
Reflexión tomada de lahoravozdelmigrante.com
https://lahoravozdelmigrante.com/la-espiritualidad-eucaristica-en-tiempos-de-covid-19/