Es alarmante que en el contexto de pandemia y aumento de violencia contra las mujeres se plantee siquiera la cancelación del Fideicomiso para Cubrir Gastos de Demandas en el Extranjero y el Mandato para el Desarrollo de la Estrategia de Fortalecimiento para la Atención a Mexicanos en Estados Unidos.
Fotografía de archivo Jairo Meraz
Para atender la crisis sanitaria, se ha instaurado el Consejo de Salubridad General que atiende la pandemia dentro del territorio nacional. Sin embargo, a esta estrategia le falta un enfoque integral de protección y sobre todo entrelazar realidades, como las de las mujeres mexicanas migrantes que se encuentran en situación de violencia generada por el confinamiento.
Ya la violencia contra las mujeres significaba una realidad muy preocupante, considerada por la ONU como una pandemia.1 Además, en este contexto de confinamiento la violencia contra las mujeres dentro del espacio doméstico ha aumentado en todo el mundo.2 También la ONU se ha pronunciado y ha llamado a los Estados a tomar las medidas adecuadas para proteger y atender a las mujeres víctimas de violencia.
A este contexto global en el que convergen dos pandemias, la generada por el COVID-19 y la que es una realidad cotidiana, se le agrega la migración, que durante los últimos años ha sido una crisis humanitaria a nivel global. La migración de mujeres principalmente se genera por las situaciones de violencia extrema, por razones de género, que viven en sus países de origen; en consecuencia, emigran huyendo del peligro.
Nota tomada de Animalpolitico.com
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