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Crimen organizado contra migrantes

En medio de la pandemia del covid-19, las redes del crimen organizado actúan contra los migrantes indocumentados, la mayoría provenientes de países centroamericanos, quienes se quedaron “atorados” en territorio nacional.


Los abusos son menos visibles porque se realizan en casas de apoyo, a los alrededores o en viviendas de seguridad en las que se encuentran alojados los migrantes con el objetivo de esperar el mejor momento para continuar su camino hacia Estados Unidos.




Investigaciones de las Fiscalías Generales de Estados del norte del país como Chihuahua, Baja California y Tamaulipas, así como de la Fiscalía General de la República revelan que diferentes grupos criminales siguen operando y secuestran o atacan a los migrantes para cobrarles derecho de piso, para reclutarlos a la fuerza o para que cometan delitos como el traslado de droga.


No siempre los grandes grupos criminales son los que ejercen abusos contra los migrantes de manera directa en zonas como la línea fronteriza de Tamaulipas, Chihuahua, Sonora y Baja California Norte. En muchas ocasiones son agrupaciones locales que tienen lazos o trabajan para cárteles de la droga los que comenten abusos.




Uno de los delitos más frecuentes se relaciona con los secuestros de los migrantes, a quienes obligan a comunicarse con sus familiares para que desde Estados Unidos o desde algún país de Centroamérica, les realizan depósitos de dinero por vías electrónicas o les manden dinero para que sea administrado por los delincuentes.


Algunos migrantes son engañados y llegan a supuestas casas de seguridad; mientras que, en otros casos, los grupos delictivos llegan directamente a las viviendas u hoteles en los que se encuentran los indocumentados para atacarlos.


Los migrantes de Honduras, El Salvador, Guatemala y Cuba prefieren no presentar alguna denuncia porque saben que cuando acudan a las autoridades, su viacrucis continuará y serán deportados.


La mayor parte de los casos se conocen cuando los elementos policiacos descubren a los indocumentados que fueron secuestrados y luego abandonados por los delincuentes. Lamentablemente, el covid-19 confinó a parte de la población, pero nada ni nadie detiene los abusos contra los desprotegidos, contra los migrantes que solo buscan un mejor lugar para vivir y una mejor perspectiva de vida.




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