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Los niños retornados de Estados Unidos a Centroamérica y México corren un doble peligro.

Las autoridades de Estados Unidos han retornado a unos mil niños migrantes no acompañados a México y el triángulo norte de Centroamérica de marzo a la fecha, colocándolos en un alto riesgo dada la falta de protección en sus comunidades, sólo agravada por la pandemia de COVID-19. A ellos se suman 447 niños más retornados de México a los tres países centroamericanos. El organismo que aboga por el bienestar de la niñez urgió a detener los retornos y deportaciones.


Fotografía por UNICEF/MEXICO.

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia advirtió este jueves del grave peligro que corre un millar de niños migrantes no acompañados retornados de Estados Unidos a México, El Salvador, Guatemala y Honduras, en el marco de la pandemia del coronavirus y llamó a todos los Gobiernos a cesar los retornos y deportaciones.

Esos menores, retornados de principios de marzo a la fecha, llegan a sus comunidades a enfrentar una falta de protección que se ha agudizado a causa del COVID-19. A ellos se suman 447 niños más retornados de México a los tres países centroamericanos.

A la amenaza que suponen las pandillas en sus países y que muchas veces son la razón por la cual emigraron, cuando regresan a casa, los niños sufren violencia y discriminación porque se les percibe como posibles portadores del coronavirus, señaló UNICEF.

“Esto significa que los niños retornados ahora enfrentan un riesgo doble y un peligro mayor al que los obligó a irse de sus comunidades. Nunca se les debe mandar de vuelta a una situación insegura”, subrayó la directora ejecutiva de UNICEF, Henrietta Fore.


Fotografía por UNICEF/PANAMA


La agencia señaló que la información pública limitada sobre las pruebas, tratamiento y protocolos de contención del COVID-19 en la región causan confusión y miedo entre los retornados y la población en general, además de que dan lugar a la estigmatización de los migrantes provenientes de Estados Unidos y México.

UNICEF ha recibido denuncias de comunidades en Guatemala y Honduras donde se prohíbe la entrada de personas o grupos provenientes del exterior para evitar el contagio. En otros casos, se ha amenazado violentamente a los retornados y los centros de recepción y tránsito de migrantes han sido atacados.

Por si esto fuera poco, la capacidad de los sistemas de protección de los niños en Centroamérica y México se ha debilitado en el contexto de la pandemia debido a las restricciones de movimiento y a la falta de equipos de protección personal para el personal de las instancias de ayuda.

No obstante las limitaciones impuestas por la emergencia, UNICEF continúa su trabajo de asistencia en la región.

En Guatemala ayuda al Gobierno a dar albergue y servicios a los niños retornados acompañados o no, y aísla y brinda cuidados médicos a los que dan positiva a la prueba del COVID-19. También rastrea a sus familias y apoya a las comunidades con campañas contra la estigmatización de los retornados.

En El Salvador y Honduras, UNICEF trabaja con los Gobiernos para fortalecer la protección de los menores y asiste a las agencias nacionales en la labor de reunificar a las familias y propicia un entorno seguro para la reintegración de los retornados a sus comunidades.

En las fronteras norte y sur de México, la agencia de la ONU colabora con las autoridades para promover actividades psicosociales en los albergues y distribuir kits de higiene y material informativo.


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