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Eta deja una ola de destrucción y muerte en América Central

Los expertos aseguran que se trata de uno de los temporales más desafiantes desde el huracán Mitch en 1998. Eta, que se cobró la vida de al menos 50 personas, ya salió de la región, pero continúa causando condiciones meteorológicas peligrosas en varios países.


Eta, ahora una depresión tropical, causa lluvias en gran parte de Centroamérica, provocando la crecida de ríos que suponen un alto riesgo de inundaciones y deslizamientos de tierra en partes de Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, El Salvador y Guatemala, advirtió la Oficina de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA).




En Guatemala, las autoridades nacionales de desastres han desplegado equipos y suministros en el terreno y hay informes de muertes por deslizamientos de tierra e inundaciones. Unas 55.000 personas han sido afectadas directamente. Una serie de inundaciones  en Alta Verapaz, Izabal y Petén han causado cuatro muertes y aislado comunidades enteras.  Más de 2000 personas han sido evacuadas.


En Nicaragua persisten las lluvias en varias áreas, incluida la capital Managua, pese a que el meteoro ya se alejó. El gobierno se encuentra activamente restaurando los servicios básicos y explorando cómo la comunidad internacional puede apoyar sus esfuerzos de recuperación. Unas 30.000 personas tuvieron que ser evacuadas.




En Honduras, los 18 departamentos están en alerta roja y, hasta ahora, unas 3600 personas han sido alojadas en refugios tras la tormenta. Según la Cruz Roja Internacional, unas 40.000 personas se han visto directamente afectadas por el temporal: el panorama incluye casas destruidas y comunidades bajo el agua.


El Salvador, que también está respondiendo a los efectos de un deslizamiento mortal en Nejapa, continúa llevando a cabo evacuaciones preventivas y proporcionando refugio de emergencia a las personas afectadas. También monitorea cuidadosamente los niveles del río Lempa, que podría desbordarse.


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