El viernes de la semana pasada, el presidente mexicano, aparentemente molesto, comentó que no estaba dispuesto a permitir que México se convierta en campamento de migrantes e instó a ayudar económicamente a los países centroamericanos para que sus ciudadanos no tuvieran la necesidad de migrar. Atender las causas de la migración como viene diciendo, y solo repitiendo, desde hace tres años.
En ese mismo tono, reclamó a Estados Unidos, no por primera vez, que no ha puesto recursos para Centroamérica. Ya en otra conferencia, apenas dos días antes dijo: “Basta de discursos, envíen dinero a Centroamérica”.
Como siempre, el discurso suena muy bien, AMLO tiene una excepcional cualidad para acuñar términos y frases que sintetizan de manera sencilla, aunque frecuentemente falsa y contradictoria con la realidad, procesos sociales complejos. Sin embargo, el presidente mexicano se equivoca desde varias perspectivas.
La geografía es destino, decía un colega y desde hace mas de 25 años se ha venido insistiendo en que México, en virtud de su vecindad con Estados Unidos, requería de un modelo de gestión de los flujos migratorios de tránsito y que ese modelo debería incluir a los países de salida y a Estados Unidos como país de destino.
No se hizo nada entonces y tampoco ahora o en todo caso, nada que ordene el paso de migrantes que quedan a merced de agentes migratorios abusivos, crimen organizado y autoridades y prestadores de servicios locales que abusan de ellos y los extorsionan. En todo ese tiempo el gobierno mexicano no ha sido capaz de decir con claridad a Estados Unidos que ellos tienen que participar en la atención de estos flujos.
De hecho, con este gobierno la situación ha empeorado. Primero se ofreció y concedió a Donald Trump que los solicitantes de asilo esperaran su trámite en México y después la contención de los flujos migratorios, convirtiendo un problema esencialmente estadounidense en un problema de México y provocando la explosión y desorden que hoy vivimos.
AMLO aclara que los recursos los pide para Centroamérica porque México, como se acabó la corrupción y programas como Sembrando Vida y Jóvenes Construyendo Futuro son muy exitosos, tiene recursos de más para enfrentar las causas de la migración. Los mexicanos no tienen necesidad de irse del país. No es broma, así lo dijo. Alguno de sus colaboradores debería explicarle que el 40% de los detenidos por la patrulla fronteriza estadounidense son mexicanos y que cada vez mas paisanos migran a Estados Unidos.
La única propuesta que se ha hecho es que los programas mencionados se extiendan a Centroamérica con recursos aportados por EE.UU. Por varias razones, eso no va a ocurrir. La primera de ellas es porque esos programas son clientelares y no resuelven nada. La prueba es que los mexicanos, quienes ya tienen acceso a esos programas, siguen migrando y la pobreza, sobre todo la pobreza extrema, se ha incrementado.
Estados Unidos, en las condiciones actuales no estaría dispuesto a aportar un dólar de sus contribuyentes. Esos programas solo pasan las evaluaciones de los empleados del gobierno mexicano. Por eso la administración de Biden respondió diplomáticamente a la propuesta, que con gusto brindaría asesoría técnica, algo que también ofreció México para lo que parece serán programas con mas asesores técnicos que recursos.
No solo es un tema de dinero, ni México, ni los países centroamericanos tienen las instituciones o la infraestructura para incidir en las causas de la migración, no en el corto o mediano plazo y el tema de la gestión de los flujos migratorios es urgente. Los migrantes rechazados por Estados Unidos no regresarán a sus países, no hay condiciones para ello, se quedarán en México y las presiones que ejercerán en las localidades fronterizas del norte de México no se resuelven con discursos matutinos, ni pidiéndole a los transportistas mexicanos que no acepten migrantes, ni golpeándolos.
AMLO dice, primero hay que atender las causas. En un mundo ideal tendría razón, pero mientras eso pasa, más bien suena a pretexto para no hacer nada por los migrantes en tránsito. Hay que atender los flujos de hoy y las causas de la migración. No es una u otra.
Si México, por la coyuntura y la geografía, debe ser campamento de migrantes, hagámoslo bien, protegiéndolos y que cada país asuma la responsabilidad que le corresponde. De otra forma los migrantes, nos guste o no, seguirán en el territorio nacional, en condiciones infrahumanas y mas bien seremos el patio o la sala de espera de EE.UU. Ya que hablar de campamento por lo menos supone una organización.
Artículo tomado de Los Angeles Times
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