Debido a la presencia del pandemia de covid-19 el número de solicitudes se redujo en 2020, "a finales de 2020, México recibió un total de 41 mil solicitudes de asilo".
Ante la presencia de personas indocumentadas en México que van rumbo a Estados Unidos, los gobiernos de la región "cuentan con una oportunidad sin precedentes para sentar las bases necesarias para construir un sistema migratorio regional que privilegie la migración segura, ordenada y legal".
Así lo indicó el informe Sentando las bases para una cooperación regional: política migratoria y capacidad institucional en México y Centroamérica, presentado de manera virtual por la organización Migration Policy Institute (MPI).
"Entre 2015 y 2020, la población inmigrante en México creció en un 20 por ciento, de un millón a 1. 2 millones para representar uno por ciento de la población del país".
La tendencia en la llegada de la población migrante a México en su paso hacia Estados Unidos crece día a día, lo que "parece haber continuado en 2021 con alrededor de 14 mil solicitudes (de refugio)" registradas en la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR).
"En enero y febrero se registró un aumento de 14 por ciento en comparación con el mismo período de dos meses en 2020".
De acuerdo con el informe, desde el inicio de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador se "ha brindado una mínima coordinación financiera y de liderazgo a muchos programas federales existentes", por lo que el gobierno federal "ha estado mayormente ausente de los esfuerzos para coordinar un plan de respuesta para apoyar a gobiernos estatales y locales a gestionar la afluencia de migrantes".
Resultado de ello es que los gobiernos estatales y municipales "han quedado a la deriva y han tenido que atender las necesidades de los migrantes, las comunidades receptoras".
Indicó que el Instituto Nacional de Migración (INM) "continúa enfrentando limitaciones de capacidad significativas".
"En ciertos lugares a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México, la agencia carece del equipo necesario para vigilar los puntos de control fronterizos o del personal necesario para procesar el retorno de ciudadanos mexicanos y otros migrantes que son expulsados por las autoridades estadounidenses en la frontera".
El texto señaló que el arranque para construir un sistema migratorio regional "es comprender las capacidades institucionales, los marcos legales y las políticas de migración y asilo" de los países involucrados en los flujos migratorios.
Reconoció que "en los últimos años, México y Costa Rica han tomado medidas para aprovechar sus instituciones migratorias existentes para mejorar la capacidad operativa, aunque persisten desafíos considerables".
En tanto que países como El Salvador, Guatemala, Honduras y Panamá "se encuentran en etapas iniciales de este proceso".
El informe fue elaborado por Andrew Selee, Ariel G. Ruiz Soto, Andrea Tanco, Luis Argueta y Jessica Bolter del MPI y se segmenta en el análisis migratorio de cada uno de esos países.
Para caminar rumbo a esa legalización de los flujos migratorios se propusieron cuatro rutas: desarrollar vías legales para el trabajo temporal en Estados Unidos, "eliminando algunas de las presiones para migrar a través de canales no autorizados".
Sugirió la "creación de sistemas de protección humanitaria", lo que significa "identificar a quienes se encuentran en mayor peligro lo más cerca posible de donde viven, además de brindar opciones de asilo".
Un tercer punto es la solicitud de "profesionalizar la inmigración y el control fronterizo" e "invertir en el desarrollo a largo plazo y el Estado de derecho".
Respecto a México se pidió hacer a un lado "los enfoques basados únicamente en el control migratorio para gestionar los flujos migratorios" y se afirmó que tanto el INM como la COMAR no tienen "la capacidad necesaria para abordar una migración cada vez más diversa y mixta", pues estas instituciones "han recurrido a medidas reactivas y se han apoyado en el soporte de agencias auxiliares".
En el análisis de los flujos migratorios, incluso desde 2014, se afirmó que es a partir de 2018 cuando "la tendencia más notable ha sido la creciente frecuencia, el tamaño y la visibilidad de la migración centroamericana, que incluye a migrantes que a menudo viajan en caravanas y buscan el acceso a protección humanitaria en México o Estados Unidos".
"En 2019, las detenciones de migrantes por parte de autoridades mexicanas aumentaron significativamente y, aunque no superaron el nivel observado en 2015, dichas detenciones incluyeron un gran número de familias y niños".
El dato que aporta el MPI es que de las 187 mil detenciones en 2019, 54 mil fueron de menores y aproximadamente 75 por ciento de ellas fueron de menores que viajaban con un adulto. En 2019 las solicitudes de asilo en México incrementaron.
"Tan solo en 2019, la COMAR recibió 70 mil solicitudes de asilo, más del doble de las 30 mil solicitudes de 2018 y más de cuatro veces que las 15 mil recibidas en 2017".
Debido a la presencia del pandemia de covid-19 el número de solicitudes se redujo en 2020, "a finales de 2020, México recibió un total de 41 mil solicitudes de asilo". Sin embargo, en los tres primeros meses de 2021 los números apuntan a la alza.
Artículo tomado de Milenio
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