Activista habla de las consecuencias de la continuidad del Título 42 que ha causado desesperación en miles de migrantes que siguen varados en la frontera México-EE. UU.
La gerente Nacional de Campañas de Alianza Américas, Yanira Arias, platicó con Prensa Libre sobre las consecuencias de que se mantenga en vigor el Título 42, norma implementada en el gobierno pasado para minimizar el riesgo de la pandemia. La organización que trata de incidir en EE. UU. en favor de los migrantes, plantea que al gobierno de Joe Biden no ha tenido el carácter para cumplir las promesas que hizo a estas comunidades que vieron en él un abordaje más humano de la migración.
Fotografía de Prensa Libre (EFE)
¿Qué impactos causa en la comunidad migrante la ampliación del Título 42 en las comunidades migrantes? Generará más inestabilidad en Centroamérica. Hay indicadores que dicen que, desde su implementación, en marzo de 2020, la migración se incrementó y esto puso en riesgo a más personas a lo largo de la ruta migratoria, que buscan a acceder al asilo y que huyen desesperadas desde sus países. Esta medida viola los derechos humanos y civiles de los migrantes que, a pesar de que no nacieron en EE. UU., tienen derechos.
¿Cómo entender que el Título 42 aumentó la migración?
Antes de que entrara en vigor, las personas eran detenidas y llevadas a un centro de detención donde era procesadas y luego deportadas, ahí quedaba un récord de cada migrante. Con el Título 42 no, sino que inmediatamente son retornadas a México y no se genera ese archivo de datos personales, entonces hay personas que han intentado entrar hasta 10 veces a EE. UU.
¿Es decir que la gente está entendiendo que no se penaliza su ingreso irregular a EE. UU.?
El hecho de no contar con un récord dentro del sistema de control fronterizo hace que las personas vuelvan a intentarlo. Si usted tiene ese registro y es aprendido otra vez implica que, de acuerdo con las leyes estadounidenses, una persona puede ser encarcelada en el sistema federal, incluso por años.
¿Y en qué situación se encuentran estas personas?
Están en una situación desesperante, atrapados en la frontera y sabiendo que no pueden volver al país del que huyeron porque pueden perder la vida. Esta desesperación los está llevando a tomar otro tipo de decisiones que los hacen arriesgar su vida, y los que terminan beneficiándose son las redes de trata y tráfico de personas si los migrantes tratan de ingresar en espacios de la frontera donde no hay muro, pero donde hay barreras naturales, como cuerpos de agua o terrenos muy difíciles para caminar por su topografía.
¿Dónde ocurren más violaciones a los derechos humanos de los migrantes?
En la frontera, pero también en la ruta migratoria. En la frontera son expulsados a México sin importarles la hora, de noche o madrugada, las condiciones climatológicas adversas, si necesitan cuidados médicos por algún padecimiento o porque sufrieron algún accidente.
Además, pueden ser enviadas a lugares donde se les pueden violentar sus derechos lo cual ha sido muy irresponsable de parte de las autoridades de EE. UU. que a la vez está usando mal los recursos federales, porque para atender a esta gente, bien se hubiera podido coordinar con la sociedad civil en EE. UU. para ser llevados a centros de acogida de mayor dignidad, porque los hay, para que no les falte un techo y alimentos, en un contexto de mayor seguridad.
Biden ya había anunciado el fin del Título 42 y una corte lo restituyó, lo mismo pasó con el programa Quédate en México. ¿Entonces, prácticamente estamos en las mismas que con el gobierno de Donald Trump?
Es que lo que le falta a esta administración es valor. A Trump no le tembló la mano para implementar medidas para hacer daño a los migrantes, pero esta administración no ha tenido claridad, le ha faltado liderazgo para cumplir las promesas con las cuales se acercó a las comunidades que tenían la esperanza de que este gobierno tuviera un enfoque distinto a la administración pasada. Este gobierno está enfrentando muchos desafíos para mantenerse en el poder no solo en la Casa Blanca, por eso es la falta de decisión de valor y de coraje. Sus acciones suenan más bien a querer mantener a los congresistas con el cuello sobre el agua que meter las manos al fuego por las comunidades migrantes.
Esta medida del Título 42, por ejemplo, no es un mensaje a los migrantes para que no venga, sino que es un mensaje en un año electoral dirigido a los grupos muy conservadores en EE. UU. que aplauden este tipo de trato a los migrantes.
Fotografía de Prensa Libre (EFE)
¿A qué le tema la administración Biden, a perder el poder?
Sí. A perder la mayoría que tiene en el Congreso y las elecciones —presidenciales— del próximo año, definitivamente. Ninguna acción queda sin ser utilizada como punto de campaña ya sea para el que quiere continuar como para el que quiere sacar a una persona de un puesto. Seguro, la cautela que están teniendo es para mantener su pequeña mayoría en el Senado y la Casa de Representantes, ya que entendemos que una o ambas las van a perder en noviembre.
¿Qué futuro ve usted en el tema migratorio y el sistema de asilo en EE. UU.?
Estamos enfrentando estas batallas legales en cortes con jueces nombrados durante el gobierno de Trump. Pero desde la sociedad civil el desafío siempre ha sido generar una narrativa distinta a la criminalización, el miedo, la xenofobia en contra de los migrantes, a la creación de esa imagen de que son el problema.
Otro desafío será la reforma migratoria que no va a ser posible que avance y vemos entre ocho y 10 años de esperar o de lucha para incidir en el Congreso. Otro panorama es que, si los republicanos recuperan ambas cámaras, probablemente el Título 42 lo conviertan en ley lo cual sería mucho más dañino porque podrían agregarle otros elementos para hacerla más dura. Algunos demócratas con visión conservadora podrían votar a favor de esto y llamarle a eso reforma al sistema migratorio, pero sin hablar o incluir alivios o cambios para hacer un sistema de asilo más eficiente.
Los partidarios del Título 42 dicen que si esta pierde vigor va a haber una invasión de migrantes
Es preocupante porque esta aseveración no pinta la realidad de la comunidad migrante y eso se traduce en políticas del Congreso, de alcaldías o de legislaturas estatales más severas que impactan en lo económico, político y en la seguridad misma de las comunidades en EE. UU. Quienes se benefician son los amplificadores que siguen sacando esos mensajes para asegurarse puestos políticos, y quienes pagamos los platos rotos siempre son los migrantes a quienes actualmente a los se les ve como un problema y no como lo que son, una bendición.
Fotografía de Prensa Libre (EFE)
Fotografía de Prensa Libre (EFE).
Articulo tomado de prensalibre.com
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